Lucho por una educación que nos enseñe a pensar

y no por una educación que nos enseñe a obedecer”

Paulo Freire

¿Puede la educación popular ser una herramienta útil para el Norte global?

La siguiente nota es un acercamiento a una experiencia formativa de 3 años en Berlín, el Centro de Educación Popular Lohana Berkins. Pero para poder entender qué hacemos y por qué, es necesario hablar de qué es la Educación Popular y qué impacto ha tenido en Nuestra América, y de las necesidades organizativas de la comunidad migrante latinoamericana en Berlín, que va construyendo con su compromiso un futuro más solidario y democrático.
La educación popular es un proceso de formación que se da dentro de los sectores populares y que tiene objetivos políticos y pedagógicos. Lo que diferencia estos procesos educativos de otros, es que se problematiza el para qué aprendemos, el cómo aprendemos, y cómo ese conocimiento desde una perspectiva situada, nos sirve para entender y transformar el sistema económico, político y cultural de la sociedad. En resumen, la educación popular propone una intervención en la realidad a partir de un proceso democrático y emancipador, que acompaña y se nutre de los movimientos sociales en su lucha por una vida digna. Tiene objetivos pedagógicos y políticos al mismo tiempo, y busca que docentes y estudiantes construyan una mirada crítica de la realidad para transformarla radicalmente.
Cuando surgió la idea de crear el centro de educación popular acá en Berlín, traíamos algunas experiencias América Latina, como los bachilleratos populares en Argentina y la formación política de trabajadores y organizaciones populares a nivel local en Venezuela. Estas diferentes experiencias surgieron al calor de las luchas de los movimientos sociales en el continente, para saber cómo se desarrolló, hagamos un breve recuento: Algunos investigadores ubican el surgimiento de este término durante los procesos de independencia de la corona española y portuguesa en el continente, en la búsqueda de crear modelos educativos acordes con la nueva realidad republicana, promoviendo así la instrucción pública como un sistema educativo nacional, autónomo y obligatorio para los ciudadanos de las nuevas naciones independientes. Como impulsor de este período se encuentra el venezolano Simón Rodríguez[1] y el cubano José Martí[2]. En los inicios del siglo XX las corrientes de pensamiento surgidas en los movimientos socialistas, indigenistas y anarquistas, se da una interpretación distinta a este concepto, vinculándolo con la lucha de clases, “proponiendo formas de cogestión y autogestión pedagógica, escuelas sindicales, círculos de estudio (…) bibliotecas populares, democratización de la universidad, entre otros componentes vinculados al surgimiento del movimiento obrero”[3], con el fin de responder a las necesidades organizativas y de formación política de los movimientos con una perspectiva de clase. La educación popular toma un lugar fundamental dentro de la acción política de los movimientos, ya a inicios de los años 60 y 70, con la Revolución Cubana y el gobierno de la Unidad Popular en Chile, en una América Latina que busca su autoderminación frente al imperialismo estadounidense, surgieron las Campañas Nacionales de Alfabetización (Cuba, Nicaragua, Chile), para garantizar el acceso a la educación pública y gratuita a la población excluida. Es en este tiempo cuando el pedagogo brasilero Paulo Freire propone una “pedagogía de la liberación”, planteando así una crítica y una alternativa a la forma tradicional y “bancaria”[4] de la enseñanza, replanteándose el rol de les docentes y de les estudiantes. Muchos de estos procesos surgieron con gobiernos socialistas, o en los movimientos cristianos de base vinculados a la teología de la liberación, así como otros movimientos marxistas latinoamericanos.
Hoy día, después de dictaduras militares, derrotas de gobiernos socialistas y rearme de los movimientos sociales durante el auge del neoliberalismo en los 90, la Educación Popular sigue siendo fundamental para las luchas populares desde el Caribe hasta Tierra del Fuego, respondiendo a las necesidades y contextos históricos de los pueblos; desde el Centro Martin Luther King en Cuba, hasta los campamentos del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil, esta práctica educativa se ha convertido en un paradigma para la consolidación del Poder Popular y parte de una tradición política que también aviva el fuego de los movimientos migrantes, quienes trajimos nuestra memoria y estrategias de lucha de nuestros pueblos para disputar, también en el Norte Global, una vida más digna para todes.
Así nació la idea de fundar un centro de educación popular en Berlin, que lleva el nombre de la educadora popular, militante de izquierda y defensora de los derechos de la comunidad trans, Lohana Berkins. Nos ubicamos políticamente desde abajo y a la izquierda. Hemos logrado un espacio pedagógico accesible y que al mismo tiempo hace una crítica a una sociedad cada vez más corrida hacia la extrema derecha.
 
Nos dimos cuenta de las barreras que enfrentamos a la hora de pensar nuestra politización, y vimos como un hilo rojo el aprendizaje idiomático, en nuestro caso del alemán como lengua extranjera. Existen muchas ofertas públicas y privadas para aprender alemán en Berlín, y casi todas están concebidas para “integrar” a los migrantes como mano de obra precarizada al mercado laboral, lo que implica realmente una asimilación acrítica a un sistema social desigual. 
 
Para nosotres aprender un idioma va más allá de poder trabajar detrás de una caja registradora o en un Altenheim, implica también entender el sistema que nos oprime, cómo funcionan los espacios políticos y qué lenguaje se usa y qué hay detrás de todo eso. El lenguaje es una herramienta para el fortalecimiento de la comunidad migrante y su organización política.
 
Una sociedad diversa, capaz de crear soluciones creativas a problemas actuales, es una que reconoce la migración como una potencialidad y no como un problema. En ese sentido la migración y la diversidad hacen posible la construcción de una sociedad nueva.
 
En el contexto actual de Alemania las comunidades migrantes trabajadoras estamos siendo cada vez más criminalizadas, y nuestras vidas, cada vez más precarizadas; los espacios de formación y organización son urgentes. Y para que estos espacios sigan existiendo es necesaria también la solidaridad y la autogestión, porque parte de la estrategia de la derecha es cortar recursos a los proyectos comunitarios, educativos y culturales. Hoy más que nunca necesitamos fortalecer las bases de la comunidad, nosotros ponemos a disposición la EP para esta tarea colectiva, entre grupos migrantes y no migrantes, para seguir disputándole poder a quienes imponen la economía de guerra y hambre.
 
El 16 de agosto celebraremos nuestro tercer cumpleaños en la Casa Popular Marielle Franco[5], invitamos a todas las personas que quieran conocer nuestro proyecto y para quienes quieran apoyarnos pueden hacerlo también a través de nuestra página web: https://www.ceplohanaberkins.org/unterstutzen/
 


[1] (1771-1854) educador, filósofo, político  venezolano, tutor de Simón Bolívar. En su obra principal Sociedades Americanas, se encuentra  el proyecto político-económico y educativo para establecer las Repúblicas Americanas.
[2](1853-1895) político, diplomático, poeta, ensayista, periodista cubano, fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la guerra de Independencia de Cuba.
[3]     Jara Holliday, Oscar. La Educación Popular Latinoamericana. Editorial El Colectivo. Buenos Aires 2020.
[4] modelo tradicional de enseñanza en el que les docentes “depositan” información en les estudiantes.
[5]     Solmsstraße 18, 10961 Berlin

“Publicado en idioma alemán en el periódico Junge Welt del 23.07.2025 https://www.jungewelt.de/beilage/art/504000

Autores: Aquarela Padilla y Dario Farcy

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